Análisis Emic y Etic

En el análisis Emic se contraponen dos posturas, la de la propia cultura desde adentro, es decir, como se describen ellos mismos (emic) y la postura desde afuera, es decir como los ve la persona encargada de estudiarlos (etic).

Análisis Emic

Mental: La comunidad del señor de los milagros se autodefine como un grupo de fieles que profesan la religión católica, apostólica y romana, y que, voluntariamente quieren pertenecer a esta comunidad.

Conductual: El habito morado, según los fieles, lo utilizan por mandato del mismo señor de los milagros. Ellos cuentan un mito en el cual la señora Antonia Maldonado recibe en sueños el hábito de manos del señor de los milagros quien le dice “utiliza este hábito que yo mismo use en vida”.

Análisis Etic

Mental: Aunque la comunidad del señor de los milagros se considere un grupo católico, apostólico y romano, lo cierto es que el señor de los milagros comparte muchas similitudes con el dios pachacamac o dios de los temblores de la cultura pachacamac.

Similitud 1: Al dios de pachacamilla se le llamaba dios de los temblores, así como al señor de los milagros se le llama señor de los temblores.

Similitud 2: En la cultura Pachacamac se acostumbraba pintar a sus dioses en las paredes de los templos, así como el señor de los milagros fue pintado en una pared.

Similitud 3: El señor de los milagros es pintado en el barrio de Pachacamilla el cual recibe este número a partir de la gran migración que hubo desde la zona de Pachacamac a este barrio.

Conductual: Aunque los fieles dicen que el hábito fue entregado por el señor de los milagros en sueños, parece ser que la señora Antonia Maldonado no estaba al tanto de la existencia del señor de los milagros cuando empezó a usar el habito morado, y más bien llego a Pachacamilla por cosas del azar. Parece ser que la señora Antonia Maldonado fundó un beaterio de nazarenas tiempo antes de conocer al señor de los milagros y le es luego cedido un terreno al lado de la capilla de pachacamilla donde se encontraba el señor de los milagros. A partir de este momento, las nazarenas en hábito morado se encargaron de cuidar del señor de los milagros. Luego se construiría el templo que hoy encontramos ahí.